Mucho se ha dicho sobre el 2012 y el fin del mundo basado en las profecías mayas: que si la realineación de los polos, que si un cambio de ciclo solar, que el gran asteroide calentará de más la tierra, o, la que por ahora quiero recuperar, un cambio en la conciencia universal.
Esto de las profecías y sus sentencias siempre tiene un toque de metafísica que a muchos les parece poco serio. Sin embargo, creo que los acontecimientos recientes nos muestran que este "cambio de conciencia universal" tiene mucho de sustento y poco de fantasía.
Comencemos por el tema ya tocado en este blog de las protestas ampliamente extendidas por el mundo este 2011. Su principal objetivo fue la denuncia de la gran acumulación de capital en muy pocas manos (en Occidente) y el cambio político (en Medio Oriente). A mi parecer, estos dos móviles sociales no se agotan con el año, pues ambos siguen vigentes. Ni el capitalismo financiero ha sido regulado por las grandes economías, ni han terminado por caer todos los regímenes autoritarios del mundo árabe. Me parece muy clareo que el propósito de cambiar el sistema político y económico es un "cambio de conciencia".
En los ámbitos culturales, también hay señales claras de este cambio de conciencia. Hay considerables signos sobre la crisis del sistema de "cultura como mercancía", ampliamente analizado por autores como García Canclini, Yúdice o Rapaille. La industria disquera está en franca decadencia, la industria editorial ha hablado cada vez con mayor fuerza sobre el e-book y la industria cinematográfica no sabe cómo contrarestar los efectos de sitios como Netflix.
En el primer caso, la venta de discos ha sido la más baja desde 1973, pero, en contraparte, la descarga de sencillos está en un alza exponencial. Claro, esto último no se traduce necesariamente en ventas, pues existen los modelos de descargas gratuitas legales. Para el segundo caso de la industria, hay datos que muestran que más del 60% de las ventas de las casas editoriales se hacen vía Internet. Al igual que en el caso anterior, esto no necesariamente habla de libros electrónicos, pues también hay una amplia venta de libros impresos por Internet. En cuanto al cine, los datos también son contundentes: las ventas de DVD han caído entre 30 y 50% en los últimos años. A lo anterior, habría que sumar el creciente número de productores tanto de música, literatura y video que son sus propios agentes gracias a las herramientas digitales. Esto también nos habla de un "cambio de conciencia" en la forma de hacer, distribuir y consumir cultura en el mundo.
Quizá el 2012 sea el año del cambio de conciencia total: el fin del capitalismo tal como lo conocemos, el fin de las dictaduras totalitarias tal como las conocemos, y la consolidación de un modelo de autogestión cultural digital. Quizá me pregunten qué hay después del capitalismo y el totalitarismo y modelo Disney de capitalismo cultural. No lo sé ni tampoco quiero jugar a la predicción marxista (el gran error de tan erudito autor). Soy un optimista que todo cambio termina por ser mejor. Una uva de mis deseos de año nuevo va para este mundo con sus nuevos modelos político, económico y particularmente, el cultural.
viernes, 30 de diciembre de 2011
martes, 20 de diciembre de 2011
¿Por qué nos debe importar Corea del Norte?
Este fin de semana, tuve la oportunidad de platicar con un amigo surcoreano. Sin saber lo que se venía, le pregunté si ya eran muy notorias las diferencias culturales (lenguaje, costumbres, etc.) entre los norteños y los sureños. Cho respondió afirmativamente sin dudarlo un instante. Y no es para menos, pues 61 años de guerra formalmente declarada (aún cuando son ya 58 años sin agresiones armadas) y con mandos radicalmente opuestos han hecho de Corea del Norte una de las naciones más sui géneris del mundo contemporáneo, pues es una de las escasas naciones que aún mantienen el comunismo como sistema de gobierno.
La muerte de Kim-Jong Il este fin de semana nos ha llegado a algunos rincones del Occidente casi como una noticia para rellenar el periódico dominical, pero la realidad es que es un asunto mucho más serio que otras circunstancias con las que nos han entretenido nuestros queridos gringos en la última década.
Corea del Norte es una auténtica potencia militar y nuclear. De acuerdo con el sitio www.globalfirepower.com, es el ejército número 22 del mundo. Sin embargo, este sitio no contabiliza las armas nucleares, de las cuales Occidente posee muy poca información y apenas se supo de su existencia en 2006, cuando el gobierno norcoreano realizó pruebas nucleares. Con ello, Corea del Norte es uno de los 8 estados que tiene músculo nuclear, lo cual lo hace mucho más peligroso que las vaciladas de George W. Bush en torno a Irak o Afganistán.
La sucesión en este país se vuelve delicada ante su bien sabida aversión hacia Occidente y particularmente a los Estados Unidos. La monolítica y anquilosada forma de hacer política de los estados comunistas los hacen todo un misterio para nosotros. Apenas sabemos que el sucesor es el tercer hijo del difunto líder y que apenas cuenta con 27 años de edad. Estos escasos datos nos hacen dudar aún más sobre el futuro de esta peligrosa nación. Un padre obsesionado con heredar el poder a un hijo puede ser la debacle de un imperio. Más aún, un heredero joven puede ser la perdición del reino. Baste el ejemplo de Rómulo Augusto, último emperador de Roma, quien fue depuesto cuando contaba con apenas 15 años de edad.
El nuevo líder norcoreano es todo un misterio y nadie puede apostar aún nada sobre el futuro de este controversial país. Sin duda, los sucesos de este país será uno de los sucesos más importantes a seguir para este 2012.
La sucesión en este país se vuelve delicada ante su bien sabida aversión hacia Occidente y particularmente a los Estados Unidos. La monolítica y anquilosada forma de hacer política de los estados comunistas los hacen todo un misterio para nosotros. Apenas sabemos que el sucesor es el tercer hijo del difunto líder y que apenas cuenta con 27 años de edad. Estos escasos datos nos hacen dudar aún más sobre el futuro de esta peligrosa nación. Un padre obsesionado con heredar el poder a un hijo puede ser la debacle de un imperio. Más aún, un heredero joven puede ser la perdición del reino. Baste el ejemplo de Rómulo Augusto, último emperador de Roma, quien fue depuesto cuando contaba con apenas 15 años de edad.
El nuevo líder norcoreano es todo un misterio y nadie puede apostar aún nada sobre el futuro de este controversial país. Sin duda, los sucesos de este país será uno de los sucesos más importantes a seguir para este 2012.
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jueves, 15 de diciembre de 2011
Políticos (in)cultos
Tenía yo 6 años y jugaba carritos en la sala de mi casa mientras mi padre miraba en el televisor el último informe presidencial de José López Portillo. Recuerdo que tuve un ligero interés por lo que miraba y lo que pasaba y, como buen niño, asedié con preguntas. Mi papá me explicó que ese hombre que portaba una banda con los colores de la bandera era el presidente de México, que era el encargado de hacer que uno viviera bien en este país. La pregunta obligada fue cómo hizo para llegar a tan distinguido e importante cargo, a lo que me contestaron que él fue elegido por todos los mexicanos, pues buscaban el hombre más capaz y, sobre todo, más inteligente de todos para ocupar el puesto. Las respuestas me dejaron satisfecho y regresé a mi lúdica actividad. Algunos minutos después, retomé atención al televisor y miré que ese hombre altamente capaz e inteligente ahora lloraba alegando "defender el peso como un perro". Ya no hice más preguntas, pero la escena se volvió una paradoja que no solo me intrigó a mis 6 años sino por el resto de la vida. ¿Es realmente el presidente el hombre más capaz y más inteligente? Peor aún, ¿debe serlo?
Esta dramática escena del trágico sexenio lopezportillista se viene nuevamente a mi mente cuando suceden los dislates del favorito en las encuestas para ocupar el cargo, Enrique Peña Nieto, ante una sencilla pregunta sobre sus libros favoritos. El candidato trastabilló y no pudo ir más allá de la Biblia. Acto seguido, el rezagado cordero presidencial, precandidato panista en franca desventaja, intentó capitalizar el error y también derrapó con el nombre de una escritura. Seis años antes, el candidato perredista de alta peligrosidad para el país había eludido elegantemente una pregunta similar. Y si vamos un poco más atrás en la línea de tiempo, encontramos al ex presidente Fox patinando con el nombre del autor de "El Aleph" y a su pareja presidencial convirtiendo a Tagore en una gran rabina. Sin duda, las preguntas anteriores siguen altamente vigentes, pues los gobernantes en México no han mostrado ni capacidad, mucho menos inteligencia.
En el mundo, tampoco hay buenos referentes. George W. Bush era capaz de leer libros volteados, mientras Silvio Berlusconi era famoso por el hareem que lo rodeaba, más que por los libros que decía leer. Estos políticos de hoy están cada día más lejos de aquella máxima de Platón que decía que el mejor rey tenía que ser un filósofo. La telecracia anunciada por Giovanni Sartori nos trajo una clase gobernante basada en la imagen y no el texto. Para ser presidente en el siglo XXI, es mejor escribir un buen slogan publicitario que un libro con todos los proyectos de política pública.
Sin embargo, tampoco comulgo con los periodistas que han salido a la defensa de aquel que no pudo mencionar 3 libros leídos. Justificar al político iletrado a partir de que el pueblo lea en promedio menos de 3 libros por año es como el dicho del "rey tuerto en el país de los ciegos". Permitir que en nombre de la imagen y la inmediatez se minimice la importancia de la palabra y del libro en el desarrollo humano sería un error. La telecracia sartoriana no previó la existencia de una Wikipedia, la encarnación digital del sueño de Voltaire y Diderot; y tampoco pudo anticipar que en el siglo XXI la información se duplica cada 72 horas, ya que ahora, cualquier ciudadano de a pie, como un servidor, puede publicar sus ideas y ponerlas a disposición del mundo entero.
Que el mundo se mueva por imágenes no excluye a las letras. El político de hoy tendría que ser menos el maniquí publicitario y mucho más un geek que consume información digital. Así, la pregunta tendría que ser en los próximos años: "Señor, ¿cuántos textos trae en su kindle?", y si sigue trastabillando, es un político que no vale la pena.
jueves, 8 de diciembre de 2011
Los indignados, o la Bastilla cibernética
El anuncio del siglo XXI lucía en los últimos años noventa como una gran paradoja donde convergerían la tecnología digital y su asombrosa capacidad para procesar y distribuir información con la vacuidad y frivolidad de un mundo lleno de asuntos efímeros e intrascendentes. De cierta manera, la sentencia sobre el "fin de la historia" parecía inminente. Esto no fue del todo cierto.
El primer golpe de sorpresa se dio el 11 de septiembre de 2001, cuando se entabló una nueva dicotomía maníquea, entre el Occidente capitalista y el Medio Oriente islamista. Se aparecía como el progreso, la modernidad y la tecnología contra la tradición, la antigüedad y la religiosidad. Acaso fue la primera década la de esta confrontación y la eliminación de la amenaza del terrorismo.
Diez años después, el mundo confrontado por el terrorismo no parece ser un paradigma para el siglo. Saddam Hussein y Osama bin Laden están oficialmente muertos y el presidente norteamericano Barack Obama está mucho más preocupado por los problemas internos del país que por los malandrines árabes. La debacle económica de las grandes naciones occidentales ha desatado un movimiento político social conocido como "los indignados" que se manifiestan en contra de la exagerada codicia de los grandes especuladores financieros. Por su parte, aquellos que se veían como los opuestos, el mundo árabe, también se ha visto aquejado por estos indignados, siendo depuestos líderes políticos cuasi monolíticos en países insignia como Egipto, Túnez y Libia, y la lista podría crecer.
Es un año de indignación, y no parece que irá a cambiar por lo menos en el próximo año. Cabe la pregunta ¿qué es indignación? ¿por qué indignarse? Quiero llevar estas dudas hacia un terreno de filosofía moral y la ética política. Esto es posible cuando se revisa la etimología de la palabra como antónimo de "digno", dignidad. Este valor, ampliamente hablado por los griegos y romanos, llevado al Cristianismo en el Medioevo, tuvo eco incluso en la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo principio elemental está en el respeto a la "dignidad y derechos". Es importante destacar que también se mencionan otros valores esenciales como la libertad y la igualdad, ambos enunciados en otro momento de indignación: la Revolución Francesa.
En este momento importante de la historia, el pueblo galo se indignó contra los también abusivos cortesanos aristócratas. Su estandarte ético fue "libertad, igualdad y fraternidad", valores en los que se fincó todo el devenir modernizador de los siglos XIX y XX. Sin embargo, no hubo un solo modelo político de estos siglos que pudiera cumplir con ello. El capitalismo occidental tomó como estandarte un modelo donde se privilegia la libertad, pero crea una sociedad bastante desigual y muy poco fraterna o solidaria. Su contraparte del siglo XX, el socialismo, fue un modelo que exaltó la igualdad, pregonó una falsa fraternidad -los camaradas rusos- y abolió toda forma de libertad. Ni qué decir de los totalitarismos, donde todos estos valores están supeditados a la fuerza del Estado.
Este fracaso ético del modelo moderno es el que está en crisis. De qué sirve la igualdad comunista si la infame burocracia engordó como los cerdos que anunciaba Orwell; de qué sirve la falsa fraternidad islamista de los tiranos que se apropiaron de países enteros y se regodearon con animales exóticos en los lugares más caros del mundo. De igual forma, estamos arrepentidos de un mundo capitalista que nos ha vendido que siempre será mejor ser libres ante todo lo demás, pero ha terminado por hacernos pobres y ha enriquecido a una minúscula y exultante minoría de capitalistas financieros que no se sacia con ello.
Si no podemos tener un mundo de libertad, igualdad y fraternidad; bien vale la pena levantar la voz para demandar el fin de los privilegios de unos cuantos en aras de alcanzar ese fin que es superior al de la triada moderna y francesa. La humanidad del siglo XXI quiere vivir con dignidad, que no es otra cosa que el respeto a la condición humana, a su facultad de ser y de existir en sus condiciones sociales, culturales; el derecho a una verdadera participación de la política y de la economía. Indignarse es hacerse digno uno mismo y mostrar como indigno que los políticos de hoy parezcan maniquíes de aparador, es evidenciar lo indigna que resulta la aspiración de todo CEO a comprar a su competidor, crecer su holding y volverse monopolio.
La ironía radica en que el vehículo fundamental para movilizar a las hordas de indignados ha sido justo la tecnología, aquélla que auguraba un mundo frío y separado, terminó por unirnos. Se privilegió la falta de control central en la red y esto se ha vuelto la clave para que los Mubarak y los Gaddafi, los Berlusconi y los Papandreu, dejen sus cargos y cedan ante nuevas expresiones de lucha política por la dignidad de los ciudadanos.
Así, Twitter se está convirtiendo en la Bastilla del siglo XXI. Indignez-vous!!
El primer golpe de sorpresa se dio el 11 de septiembre de 2001, cuando se entabló una nueva dicotomía maníquea, entre el Occidente capitalista y el Medio Oriente islamista. Se aparecía como el progreso, la modernidad y la tecnología contra la tradición, la antigüedad y la religiosidad. Acaso fue la primera década la de esta confrontación y la eliminación de la amenaza del terrorismo.
Diez años después, el mundo confrontado por el terrorismo no parece ser un paradigma para el siglo. Saddam Hussein y Osama bin Laden están oficialmente muertos y el presidente norteamericano Barack Obama está mucho más preocupado por los problemas internos del país que por los malandrines árabes. La debacle económica de las grandes naciones occidentales ha desatado un movimiento político social conocido como "los indignados" que se manifiestan en contra de la exagerada codicia de los grandes especuladores financieros. Por su parte, aquellos que se veían como los opuestos, el mundo árabe, también se ha visto aquejado por estos indignados, siendo depuestos líderes políticos cuasi monolíticos en países insignia como Egipto, Túnez y Libia, y la lista podría crecer.
Es un año de indignación, y no parece que irá a cambiar por lo menos en el próximo año. Cabe la pregunta ¿qué es indignación? ¿por qué indignarse? Quiero llevar estas dudas hacia un terreno de filosofía moral y la ética política. Esto es posible cuando se revisa la etimología de la palabra como antónimo de "digno", dignidad. Este valor, ampliamente hablado por los griegos y romanos, llevado al Cristianismo en el Medioevo, tuvo eco incluso en la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo principio elemental está en el respeto a la "dignidad y derechos". Es importante destacar que también se mencionan otros valores esenciales como la libertad y la igualdad, ambos enunciados en otro momento de indignación: la Revolución Francesa.
En este momento importante de la historia, el pueblo galo se indignó contra los también abusivos cortesanos aristócratas. Su estandarte ético fue "libertad, igualdad y fraternidad", valores en los que se fincó todo el devenir modernizador de los siglos XIX y XX. Sin embargo, no hubo un solo modelo político de estos siglos que pudiera cumplir con ello. El capitalismo occidental tomó como estandarte un modelo donde se privilegia la libertad, pero crea una sociedad bastante desigual y muy poco fraterna o solidaria. Su contraparte del siglo XX, el socialismo, fue un modelo que exaltó la igualdad, pregonó una falsa fraternidad -los camaradas rusos- y abolió toda forma de libertad. Ni qué decir de los totalitarismos, donde todos estos valores están supeditados a la fuerza del Estado.
Este fracaso ético del modelo moderno es el que está en crisis. De qué sirve la igualdad comunista si la infame burocracia engordó como los cerdos que anunciaba Orwell; de qué sirve la falsa fraternidad islamista de los tiranos que se apropiaron de países enteros y se regodearon con animales exóticos en los lugares más caros del mundo. De igual forma, estamos arrepentidos de un mundo capitalista que nos ha vendido que siempre será mejor ser libres ante todo lo demás, pero ha terminado por hacernos pobres y ha enriquecido a una minúscula y exultante minoría de capitalistas financieros que no se sacia con ello.
Si no podemos tener un mundo de libertad, igualdad y fraternidad; bien vale la pena levantar la voz para demandar el fin de los privilegios de unos cuantos en aras de alcanzar ese fin que es superior al de la triada moderna y francesa. La humanidad del siglo XXI quiere vivir con dignidad, que no es otra cosa que el respeto a la condición humana, a su facultad de ser y de existir en sus condiciones sociales, culturales; el derecho a una verdadera participación de la política y de la economía. Indignarse es hacerse digno uno mismo y mostrar como indigno que los políticos de hoy parezcan maniquíes de aparador, es evidenciar lo indigna que resulta la aspiración de todo CEO a comprar a su competidor, crecer su holding y volverse monopolio.
La ironía radica en que el vehículo fundamental para movilizar a las hordas de indignados ha sido justo la tecnología, aquélla que auguraba un mundo frío y separado, terminó por unirnos. Se privilegió la falta de control central en la red y esto se ha vuelto la clave para que los Mubarak y los Gaddafi, los Berlusconi y los Papandreu, dejen sus cargos y cedan ante nuevas expresiones de lucha política por la dignidad de los ciudadanos.
Así, Twitter se está convirtiendo en la Bastilla del siglo XXI. Indignez-vous!!
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miércoles, 30 de noviembre de 2011
El reporte ludográfico: pensamiento teórico-creativo para la motivación en el aula universitaria
Introducción
A partir de los años ochenta y noventa, han
cambiando sustancialmente las concepciones sobre la inteligencia. Las
investigaciones de Howard Gardner en torno a ello aportaron la noción de las
“inteligencias múltiples”, que viene a romper con la tesis del coeficiente
intelectual, hasta entonces aceptada, pues ésta solía medir e integrar la
inteligencia en un solo indicador. Para Gardner, ésta tenía distintas formas de
manifestarse, desde las más medidas por el IQ, como la lógica-matemática y la
lingüística, incorporando otras formas como la espacial, musical, intrapersonal
e interpersonal, entre otras más.
Esta nueva concepción abrió la posibilidad de
mirar no solo la inteligencia desde otra óptica, sino también la educación y
todo su entorno. De todo esto surgen una serie de investigaciones y propuestas
pedagógicas que han modificado y enriquecido el sistema educativo. Sin embargo,
la visión gardneriana ha sido fundamentalmente aplicada en la educación básica,
pero ha tenido pocas repercusiones en la educación superior, donde el
predominio de contenidos teóricos, abstractos, fundamentalmente
lógico-matemáticos y/o lingüísticos, han conservado un sistema pedagógico
tradicional que poco recurre a las otras inteligencias descritas por Gardner.
En nuestro trabajo en el aula universitaria,
hemos implementado a partir de 2007 una herramienta pedagógica para vincular
los contenidos teóricos, tradicionales en las carreras universitarias en
Ciencias Sociales, con el pensamiento lateral (De Bono, 1994) con la intención
de recuperar el trabajo espacial, musical o intrapersonal desarrollado en la
educación básica y conseguir un desarrollo más integral de la inteligencia en
los jóvenes universitarios. Esta herramienta no solo ha contribuido al
desarrollo de la creatividad en los alumnos, sino que también ha contribuido
enormemente en la motivación con la que los estudiantes afrontan su rol en el
aula.
La creatividad y la mente humana
El trabajo sobre las
inteligencias de Howard Gardner tuvo también su impacto en la pedagogía de las
artes y su importancia en el desarrollo humano. Gardner
encuentra cierta correspondencia entre la forma de aprender las artes y las
ciencias: a) hay un mensaje emitido por un autor, b) hay un público receptor
que evalúa y critica el trabajo, c) se busca encontrar respuestas a una
interrogante, y d) parten de un proceso de creatividad (Gardner, 1973: 311). Esta
similitud en el aprendizaje se va perdiendo con el tiempo. Tomando como punto
de partida las teorías del desarrollo de Piaget, el citado autor encuentra que
el enfoque en la adolescencia hacia las “operaciones formales”, totalmente
centradas en lo “abstracto” o “teórico” (Gardner, 2005: 273). Es ahí donde toma
distancia de esta idea y considera que este enfoque privilegia el aprendizaje hacia
la ciencia en detrimento de la cognición estética. Citando un estudio Judy
Burton, hace notar que los preadolescentes pueden pasar en cuestión de semanas
de no poder dibujar con noción de tercera dimensión a ser capaces de percibir
“los detalles de la figura humana y la posibilidad de producir relaciones en
profundidad, de un modo que hasta entonces les resultaba inaccesible” (Gardner,
2005: 279).
En complemento a las ideas de Gardner, encontramos el
importante trabajo de Elliot Eisner, quien se pregunta explícitamente “¿qué
puede aportar el arte?, ¿qué pueden hacer las artes en general (…) para
aumentar la calidad de vida individual y social?, ¿qué aportaciones puede hacer
el arte al mundo en el que viven los hombres? (Eisner, 1972: 255) El autor relaciona
la forma en la que se vive y se interpreta el arte con la educación, y
encuentra que el primero guarda una serie de aportaciones para el segundo, sin
que se haya prestado suficiente atención a ello. Eisner destaca siete formas en
las que el arte podría mejorar la educación: a) puede haber más de una
respuesta a una pregunta y más de una solución a un problema[i];
b) la forma no está disociada del contenido, sino que integran un todo único;
c) la importancia de la imaginación y la creatividad en el desarrollo de la
humanidad (los grandes inventos de la ciencia dan cuenta de ello); d) la
conformación de relaciones entre las partes es fundamental para la mejor
comprensión del todo; e) dar importancia a las satisfacciones intrínsecas,
rompiendo la lógica instrumental y utilitarista tan común en nuestros tiempos;
f) superar la noción de que las explicaciones numéricas y literales son las
únicas válidas; y g) la experiencia deja aprendizaje, en ocasiones, mayor que
el resultado (Eisner, 2004: pp. 239-253).
De estas ideas, quiero destacar la importancia del
desarrollo de la creatividad, característica innegable en la formación
estética. En primer lugar, es importante mencionar que todo acto creativo es
precedido de un ejercicio de memoria, de recurrencia a lo conocido o a lo
existente. (Marina, 2003: pp. 129-133). No hay una invención surgida de la
nada; todo emana del conocimiento previo o de la relación del sujeto con su
entorno. Pero la relación que la mente creativa busca entre el sujeto y el
objeto no es solo relacional, busca trascender del encuentro al ámbito, donde
sujeto y objeto se funden en una “relación de interacción” que se convierte en
“una forma fecunda de unidad” (López-Quintás, 2002: p. 134). De tal suerte, la
creatividad también es una utilísima herramienta para insertar al individuo con
su entorno, fundirlo con él y hacerlo en él, propósitos intrínsecos al proceso
educativo mismo.
Sin embargo, todo este desarrollo teórico
basado en Gardner y Eisner, reforzado por López-Quintás, nos sigue refiriendo
al niño o al adolescente, al ser humano en crecimiento y, por ende, en
formación. Aún no alcanza a vislumbrarse cómo este proceso creativo puede
llegar a la universidad. En este sentido, Mihalyi Csikszentmihalyi hace un
importante rastreo de cómo fue el desarrollo de vida de personas consideradas
creativas, ya sea por sus aportes al mundo de la ciencia a las artes. Este
autor húngaro hace notar que “los años de estudios superiores fueron un momento
culminante de su vida (…), encontraron su voz propia y su vocación se hizo
clara” (Csikszentmihalyi, 1998: p. 216). En este capítulo, el autor enfatiza
que, además del empuje y la “transpiración” necesarios para concluir los
estudios universitarios, es fundamental el fomento de la curiosidad para que el
estudiante universitario se desarrolle. Este trabajo recae en la figura del
maestro, quien se convierte en el motivador por naturaleza; “los profesores de college (…) pueden despertar el interés
dormido de una persona por un tema y proporcionarle el acicate intelectual
correcto que conduzca a una vocación para toda la vida” (Csikszentmihalyi,
1998: p. 217). He ahí el importante papel motivador del maestro, y si éste
envuelve de este entorno creativo su clase, seguramente la motivación será
mayor.
¿Qué es el reporte ludográfico?
La idea de este trabajo se fue moldeando poco
a poco a partir de 2007, cuando me fueron asignadas clases de perfil
humanístico en el Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México. Estas
clases están dirigidas a todas las carreras, con la intención de sensibilizar a
los alumnos en el mundo de las humanidades y las artes. Fue así que decidí
implementar como proyecto final de la clase de Arte Contemporáneo y Sociedad, la
creación de una “obra de arte contemporáneo” original donde los alumnos
lograran alguna justificación teórico-social de la misma. Hubo resultados muy
interesantes, a tal grado, que propuse a la institución realizar una exposición
con dichos trabajos en 2008 y llamó mucho la atención de la comunidad
universitaria.
Ya para ese momento, se me habían asignado un
par de clases más como optativas para los programas en Ciencias de la
Comunicación y Relaciones Internacionales[ii],
ambas con contenidos culturales y artísticos. Para estos cursos, decidí que
esta idea del proyecto final de la clase de arte podía llevarse a otro formato.
Si estas clases pretendían fungir como clases especializadas y de alto
enriquecimiento para estas carreras de perfil social y humano, bien podía
incrementarse la demanda de este tipo de proyectos. Fue así que decidí que para
cada lectura del curso –la carga sería de una por semana–, los alumnos no
entregarían más algún reporte por escrito, ya sea como reseña, resumen, mapa
mental, comentario o cuestionario; cualquiera de ellos altamente utilizado en
el entorno universitario. Abandonamos los reportes construidos con el cerebro
lógico-matemático y migramos hacia cualquier forma que surgiera del esquema
creativo de los jóvenes. No importaba cuál fuera su soporte material, ni la
técnica, ni el arte bajo el cual se abordara. Lo que se pretendía era que,
tomando uno o varios aspectos de la lectura asignada para el tema, el alumno lo(s)
recuperara e inventara algo que expresara la forma en la que había aprehendido
el tema.
Así surgió lo que hoy llamamos los reporte ludográficos
de lectura. Al principio, los jóvenes recurren al rápido y sencillo collage.
Fue entonces que los motivé a que rebasaran la inmediatez que representaba un
trabajo así y que buscaran en su propia imaginación. Con el paso del tiempo,
esta indicación se va transformando en un factor motivacional impresionante: se
presentaron dibujos, pequeños sketches
teatrales en clase, coros de voces interpretando un tema alusivo al movimiento
cultural revisado, se hicieron canciones, juegos de mesa, arte-objetos,
esculturas, videos, etc. Lo mejor y más importante resultaba que cada trabajo entregado
más se convertía en todo un reto, no ante la clase o el profesor, sino ante sí
mismos.
La culminación del éxito de esta técnica
pedagógica se dio cuando me incorporé al plantel docente de la Universidad
Iberoamericana en 2010 para impartir la clase de Introducción al Entorno para
Ciencias de la Comunicación y decidí aplicarla ahí también. Fue muy importante
notar que los resultados no variaron en lo esencial y que la técnica funcionaba
en universos y entornos distintos. De igual manera, los jóvenes hicieron
esculturas, dibujos, canciones, escenas teatrales y hasta comerciales
radiofónicos. No cabe la menor duda de que la creatividad no tiene límites.
Resulta importante también especificar dos
cuestiones: cómo evaluar estos reportes y cómo contribuyen en la motivación de
los estudiantes. En cuanto al primer aspecto, la metodología que hemos aplicado
en este sentido es la evaluación por rúbrica, ya que ésta permite una visión
más amplia de criterios donde tanto profesor como alumno pueden compartir su
evaluación sobre un proyecto dado. La rúbrica para los reportes ludográficos
consta de los siguientes criterios: a) Comprensión del texto, b) Creatividad,
c) Elaboración, d) Calidad técnica; mismos que se gradúan bajo la siguiente
escala: i) y Excelente, ii) Notable, iii) Regular, iv) Pobre. Es importante
también destacar que los criterios están ordenados de acuerdo con su
ponderación, pues la intención del reporte ludográfico jamás será evaluar la
capacidad técnica de los estudiantes para trabajar en algún arte o proceso
artesanal, sino ligar la mente racional (comprensión del texto) con la mente
imaginativa (creatividad). Esto no excluye en considerar importante los aspectos
formales del reporte, por lo que también nos resulta fundamental los aspectos
materiales y técnicos.
|
Excelente
|
Notable
|
Regular
|
Pobre
|
Comprensión del texto
35%
|
El trabajo muestra la comprensión total del texto asignado
|
El trabajo muestra la comprensión de los conceptos más importantes
|
El trabajo refleja la lectura y la atención en al menos un aspecto.
|
No es posible notar la lectura a través del trabajo
|
Creatividad
30%
|
El trabajo muestra una forma innovadora y muy personal de presentar las
ideas
|
El trabajo muestra una forma personal de comprensión del tema.
|
El trabajo al menos muestra una ocurrencia relacionada con el tema.
|
El trabajo es ordinario y no expresa nada personal.
|
Elaboración
25%
|
Es evidente que para la elaboración del trabajo se invirtieron más de 3
horas.
|
Es evidente que para la elaboración del trabajo se invirtieron entre 2
y 3 horas.
|
Es evidente que para la elaboración del trabajo se invirtieron entre 1
y 2 horas.
|
Es evidente que la elaboración del trabajo llevó menos de una hora de
dedicación.
|
Calidad técnica
10%
|
El trabajo refleja las grandes habilidades del alumno en la técnica
seleccionada.
|
El trabajo refleja buenas habilidades del alumno en la técnica
seleccionada.
|
El trabajo refleja las habilidades básicas en la técnica seleccionada.
|
El trabajo nota que el alumno no es capaz de trabajar en la técnica
seleccionada.
|
Este mismo sistema de evaluación nos permite
responder la segunda cuestión planteada líneas arriba. La motivación se liga
intrínsecamente a la evaluación por rúbrica. Recordemos que este sistema de
evaluación no solamente es multicriterio, sino también es bidireccional; es
decir, el estudiante también es considerado en esta evaluación y converge con
el profesor en que su evaluación ha sido adecuada. Esta autoevaluación ha funcionado
favorablemente para lograr que el estudiante intente superar su trabajo
anterior. Como comentamos anteriormente, algunos comienzan con el simple
collage y terminan realizando obras muy complejas, tanto en su aspecto
conceptual como en el material. Aún cuando es notoriamente una herramienta de
estímulo a la creatividad, la práctica nos ha demostrado que también ha sido
muy eficaz en la motivación del estudiante para leer, comprender y trabajar
mejor en las materias en las que lo hemos venido utilizando.
Conclusión
Algunos aspectos importantes a destacar en el
desarrollo del reporte ludográfico fue notar que muchas de las características
mencionadas por Eisner se presentan en él: los alumnos descubrieron que había
más de una forma de acceder al tema, que la recompensa no estaba en la
calificación que el profesor decidiera asignar al trabajo sino en el hecho
mismo de haber creado un reporte de esta naturaleza, el énfasis en la
experiencia, por mencionar las más evidentes.
Asimismo, permite que la creatividad emerja
de la memoria y el conocimiento previo del alumno, como lo sugiere Marina;
también logra que el alumno se funda con el entorno, pasando del encuentro al
ámbito, como lo sugiere López-Quintás. Sin embargo, lo más importante lo
encontramos en la posibilidad de que el espacio universitario no sólo sea el
momento culmen de la vida del estudiante (Csikszentmihalyi), sino que también
logre convertirse en un espacio donde no solo se trabaje con la mente
lógico-matemática o lingüística de los estudiantes y se ignore esas otras
capacidades a las que nos refiere Gardner, como la espacial, musical,
interpersonal o intrapersonal.
Además, este tipo de reportes cumplen una
importante función en la motivación del alumno para retarse a sí mismo, para
conocerse mejor y, sobre todo, para no perder esas capacidades del niño y
adolescente a las que refiere Gardner valiéndose de Piaget. Para mí, estas
cualidades no se pierden con la edad adulta y la formación universitaria; es el
propio entorno tanto educativo como laboral lo que nos va exigiendo ser más
objetivos y abstractos; enfatizar esa lógica instrumental, pragmática y
utilitarista intrínseca al mundo moderno. Sin embargo, son los creativos los
que aprenden las reglas del juego para luego cambiarlas. Qué mejor que sean
comunicólogos, internacionalistas, arquitectos, administradores o ingenieros
con su lado creativo recuperado los que busquen nuevas soluciones a los mismos
viejos problemas.
Finalmente, quiero enfatizar que la intención
de compartir esta experiencia con otros colegas es, no sólo para que la
implementación de esta técnica deje de ser un esfuerzo individualísimo, sino
también para incentivar a los propios docentes a dicha creatividad, a buscar
nuevas formas –no sólo la que aquí se propone– de motivar e incentivar el
aprendizaje en los alumnos, donde puedan incorporar lo aprendido a su propia
vida. Concedo mucha razón a Csikszentmihalyi en la relevancia que tiene el
profesor universitario para el futuro desarrollo de las grandes mentes que
harán de este mundo algo mejor. Creo firmemente que esta técnica puede
implementarse por más colegas del ámbito universitario; es por ello que me
parece fundamental realizar el presente texto y exponerlo a la visión de otros,
que permita reflexionarlo, usarlo, modificarlo, nutrirlo y sobre todo,
extenderlo, tanto en su capacidad como en su uso. Si se me pregunta si este
reporte es mejor que los tradicionales y de serlo, cómo lo demuestro, mi
respuesta es tan simple como decir que no se trata de mejorar a lo ya establecido; lo que pretendemos es dar nuevas
herramientas, ya que lo nuevo suele deslumbrarnos y cautivarnos. He ahí la
magia de este sistema que por su novedad, cautiva al alumno, despertando así su
motivación en el aula y en el proceso de aprendizaje.
Referencias
Czsikszentmihalyi, Mihaly
(1998). Creatividad. El fluir y la
psicología del descubrimiento y la invención. Paidós, Barcelona.
De Bono, Edward (1994). El Pensamiento creativo. El poder del
pensamiento lateral para la creación de nuevas ideas. Paidós, México.
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la creación de la mente. Paidós. Barcelona
Gardner, Howard (1994). Educación artística y desarrollo humano.
Paidós, Barcelona.
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y cerebro. Una aproximación cognitiva a la creatividad. Paidós, Barcelona.
López-Quintás, Alfonso
(2002). Inteligencia creativa. El
descubrimiento personal de los valores. BAC, Madrid.
(2004). La
experiencia estética y su poder formativo. Universidad de Deusto.
Marina, José Antonio (2007). Teoría de la inteligencia creadora.
Anagrama, Barcelona.
Notas
[i] Eisner aclara que este principio no
puede aplicarse en todos los ámbitos del conocimiento, pues hay algunos que
requieren ser inflexibles para proporcionar la adaptación del niño al entorno.
Particularmente, menciona el caso de la ortografía y la aritmética (239-240).
[ii] Las clases
son: Movimientos Contraculturales del Siglo XX y Arte para el Desarrollo Humano.
Ambas se ofertan como Tópicos, materias optativas del tercer tercio de la
carrera, y tienen como finalidad nutrir con información especializada el perfil
específico de la carrera al que se ha interesado cada estudiante.
lunes, 28 de noviembre de 2011
Mariachi Rock-o: una expresión posmoderna de lo mexicano
Lo estético en la
posmodernidad
Desde inicios del
siglo XX, la gran característica del arte fue la provocación y el rechazo. Así
sucedió con los impresionistas y fauvistas en el ocaso del París de la Bella
Época; ni qué decir de las encontradísimas reacciones al orinal o la silla con
rueda de bicicleta de Marcel Duchamp en Nueva York; y en el ocaso del siglo XX,
aquella caja de zapatos de Gabriel Orozco en la Bienal de Venecia. Entre el rechazo y la
admiración, los artistas visuales de esta era fueron acuñando el término de
“anti-arte”, que en palabras del propio Marcel Duchamp “se basaba en una
reacción de indiferencia visual, con la total ausencia de buen o mal gusto (...)
de hecho una completa anestesia” (www.ciber-arte.com).
Lo que comenzó en
la estética de las academias parisinas influenció poco a poco a toda la
sociedad y se convirtió en un fenómeno digno de atención académica. Los llamados
filósofos posmodernos de origen francés, dieron cuenta de estos cambios que
implicaban alterar los principios fundamentales de la modernidad racional de la
Ilustración: se cancela cualquier utopía de progreso, el desencanto ocupa su
lugar; se enfatiza la satisfacción personal por la social, pasando ampliamente
por el consumo; el racionalismo pierde autoridad a manos de otras fuentes de
conocimiento como la espiritualidad y el esoterismo; el lenguaje, en manos de
los medios de comunicación, alcanza dimensiones insospechadas, pero al mismo
tiempo, la sobreinformación genera desinformación, estimulando el
individualismo pragmático.
Para efectos de
este trabajo, recuperaremos algunas de las ideas más importantes de tres
importantes representantes de esta corriente posmoderna del pensamiento
–también reconocidos como post estructuralistas, por la gran influencia que
ejercen en ellos pensadores como Althusser, Foucault o Derrida–. Nos interesan
las ideas sobre estética de Jean Baudrillard, las ideas sobre el personalismo
estético en Gilles Lipovetsky, y la noción de rizoma en los textos, expuesta
por Gilles Deleuze y Felix Guattari.
En primer lugar,
tomaremos a Baudrillard, quien incluso hace de la propia noción de antiarte
objeto de su análisis. Para él, el arte ha perdido su capacidad de representación,
quedándonos solo “del arte la propia idea del arte” (Baudrillard, 2006: p. 39).
El arte es complotista y busca ser un agente más de la falta de contrastes en
el mundo posmoderno. El arte contemporáneo es una simulación, es una
transestética que sólo transmite “obscenidad de la visibilidad, de la transparencia inexorable de todas
las cosas” (Baudrillard, 1997: p. 53). Su paradigma es, entonces, comunicar el
sinsentido, es un objeto que se desobjetualiza y se vuelve cómplice de la
máscara que disimula el desencanto del mundo.
Las ideas de Baudrillard bien pueden reforzarse con las ideas de Gilles Lipovetsky sobre las nuevas formas de individualización y personalización en la posmodernidad. Particularmente para este trabajo, nos interesa su idea sobre la estetización del individuo, a partir del resurgimiento de dos mitos: Eros, el amor seductor; y Narciso, el amor a sí mismo. Ambas nociones son ampliamente necesarias para la concepción del individuo posmoderno, que se construye a sí mismo a partir de amor propio y amor seductor. Esta construcción erótico-narcisista es palpable a partir del fenómeno de la moda, asunto altamente efímero y frívolo, pero indispensable para la vida en la era posmoderna (Lipovetsky, 2007). Sin embargo, el autor se mantiene optimista al respecto; concede que la época también contiene una nueva idea de la ética, donde hay una consideración por la otredad para la propia subsistencia. Esta noción ética lipovetskiana está fuertemente relacionada con la del “consumo ético” plantada por Zizek, donde el individuo, altamente consumista, prefiere consumir aquello que se diga benéfico para el planeta o algún grupo desfavorecido en el mundo (Zizek, 2010).
Por último, y en
complemento a lo anterior, queremos rescatar la idea de “Rizoma” de Deleuze y
Guattari. En la introducción a Mil
Mesetas (Deleuze, 2000), los autores plantean que el libro, herramienta
fundamental para la fundación de la Modernidad, fue concebido como una raíz,
donde el conocimiento parte de un origen común y se va subdividiendo y
estableciendo en taxonomías perfectamente ordenadas para organizar las ideas.
Esta noción se altera en la Posmodernidad. El libro no tiene más una lógica
arbórea, sino el de un rizoma (como los filamentos entrelazados del tubérculo,
o las complejas redes de interconexión que presentan los túneles de los topos o
los perritos de la pradera). En esta nueva concepción de la escritura y del
conocimiento, Deleuze y Guattari piden “escribir a n-1” (Delueze, 2000: p. 12); esto es,
siempre antecediendo a la multiplicidad de interconexiones que se derivan de la
primer noción. De alguna manera, los autores están anticipando la era del
hipervínculo –es un texto de la década de los ochenta–, donde el texto deja de
ser raíz y se vuelve este rizoma de interrelaciones infinitas, donde todo tiene
que ver con todo y nada es absoluto.
Es bajo estos
preceptos que podemos comprender la Posmodernidad, donde impera el arte no
objetual y transgresor hasta de sí mismo; cómplice de la superestetización del
individuo y de la desestetización del arte mismo; de una concepción atómica de
un sujeto consumista, pero ético; que se adentra en el texto con una lógica de
interconexión que supera cualquier intento de jerarquización de la información.
Bajo estos parámetros, la música también altera sus propios formatos, pues su
apropiación, consumo y distribución se modifica sustancialmente.
Las nuevas relaciones de lo local y lo global
El afamado periodista y corresponsal del New York Times, Thomas L. Firedman,
plantea en un muy interesante libro una de las grandes dicotomías de la
posmodernidad. En el propio título de la obra en inglés (The Lexus and The Olive Tree; Friedman, 1999) se puede percibir
esta gran contradicción. La posmodernidad es, por un lado, productora de los
acercamientos entre los distantes; es causa y efecto de las grandes tecnologías
totalizadoras como la computadora, los teléfonos móviles y el Internet; pero,
por otro lado, ha traído consigo un mayor aprecio a lo culturalmente propio, a
la preservación del grupo social original y de los valores y objetos que le
pertenecen. Es así como el Lexus, el auto hipermoderno del Japón, se confronta
al árbol de olivo, altamente representativo de la estirpe judía.
Esta es la gran confrontación de la llamada “globalización
cultural”, o como lo expresaría Ulrich Beck, la “glocalización”, donde lo local
y lo global se unen, pero se rechazan al mismo tiempo (Beck, 2004). En nuestros
países latinoamericanos, esta se expresa con claridad en la noción de culturas
híbridas de García Canclini, donde lo culto, lo popular y lo masivo conviven
cotidianamente para reconformar nuestras culturas posmodernas. Es un constante
McDonald’s contra Macondo (García Canclini, 2002), que termina por generar una
profunda “fragmentación de identidades”, como lo dice Comas D’Argemir. Entre
más se trata de homogeneizar el mundo a través de productos culturales cargados
con la etiqueta de lo global, los individuos buscan más los referentes locales
para reafirmarse, pero estos terminan por estar impregnados también de los
efectos globales. Por más que se busque preservar por preservar, se termina por
hacer reestructuración de lo local ante lo global para hacerlo sobrevivir
(Comas D’Argemir, 2002: p.100)
Todos estos complejos y entramados
sistemas de conexión entre global y local, de hibridaciones y fragmentaciones,
terminan por modificar el sistema cultural. Comas D’Argemir habla de los
productos culturales étnicos como “alternativos” a los del sistema mundial. En
una investigación previa, ya nosotros habíamos trabajado con la noción de
culturas alternativas, cuya origen gramsciano nos sitúa en un contexto de hegemonía
contra alternatividad. Sin embargo, el concepto es ahora más permeable, se
vuelve un capital cultural de reserva que “ha sido excluido de la cultura hegemónica, pero mantiene un sistema de
entradas y salidas no reguladas que la mantienen en relación con el centro
cultural” (Cerrillo, 2007: p. 146).
La posmodernidad y la glocalización en el mercado de la música
Todas las nociones
teóricas que hemos revisado hasta ahora no se hicieron palpables en el entorno
de la música sino hasta el advenimiento en los años noventa del fenómeno
Napster. Recordemos que esto se trató del primer sistema de descargas masivas e
ilegales de música por Internet bajo el sistema peer-to-peer, con lo que se vino a la baja la tendencia ganadora
que por décadas había mantenido la industria discográfica y que le permitía
manejar todo el entorno de la música, pues el éxito comercial de los artistas
dependía totalmente del disco:
Fuente: Ehrlich, Brena (2011)
Pese a los
intentos de la industria discográfica por contrarrestar los efectos del sistema
de descargas iniciado por este sitio digital, este cambio llegó para quedarse.
No obstante las demandas encabezadas por algunos artistas como Metallica, ni el
lanzamiento de sus propios portales de descargas y la virtual desarticulación
de Napster, los sitios de descarga proliferaron y los medios de intercambio no
comercial se multiplicaron. El disco dejó de ser el medio de distribución y
consumo ideal para el mercado de la música y dio paso a nuevas formas de
gestión de la música. La proliferación de software de audio para computadoras
caseras y la llegada de sitios de distribución personal de música, como
MySpace, habían dado lugar a un sistema de autoproducción y autodistribución de
la música, abriendo la línea de consumo hacia ámbitos donde la remuneración
económica pasaba a segundo término. El rizoma había llegado al mercado de la
música y el sistema arbóreo que representaban las compañías disqueras estaba
herido de muerte.
Así como el total
del mercado de la música se alteró ante la presencia de los formatos digitales,
también vimos suceder cambios en la valoración y comercialización de las
músicas folclóricas. Estos cambios se anunciaron con mucha anticipación, cuando
algunos artistas del ámbito del rock y la música moderna habían introducido a
su trabajo instrumentaciones o estructuras musicales “exóticas”, como las
cítaras indias con artistas como los Beatles o los Rolling Stones, el gran auge
del latin jazz en la segunda mitad
del siglo XX y el paulatino reconocimiento de artistas de países asiáticos (Ravi
Shankar, Fairuz), africanos (Cesária Évora, Miriam Makeba) o latinoamericanos (Tito
Puente, Celia Cruz) en el mercado internacional de la música.
Ya en los años
ochenta, este “descubrimiento” de las músicas locales ya tenía el apelativo de
Worldbeat, ritmos del mundo. Artistas como Peter Gabriel no sólo incorporaron
músicos de otras latitudes a su equipo (Manu Katché), sino a colaborar
directamente en el festival WOMAD (World of Music, Arts and Dance) y crear la compañía
disquera Real World en 1989, cuyo interés se centra en las músicas étnicas del
mundo.
El mejor ejemplo del desarrollo del
WorldBeat y la World Music está, sin lugar a dudas, en la compañía disquera
Putumayo. Creada a inicios de los noventa, desde su propia concepción, se trató
de un proyecto dirigido a retomar las músicas del mundo y llevarlas al mercado
internacional, en un formato más contemporáneo y atractivo al consumidor. La
innovación comercial que representa Putumayo lo ha llevado al punto de diversificar
sus puntos de venta, como el hecho de contar con un exhibidor en las cafeterías
Starbuck’s, lo cual en términos descritos por Kasabian se convierte en un
“turismo distribuido”, donde se inserta a la música en el proceso de
sobreinformación y su consecuente desinformación que conforma al individuo
posmoderno (Kasabian, 2004).
De igual manera, el acercamiento de
Putumayo con Starbuck’s tiene su componente ético. La empresa cafetera se
promueve como gestora del comercio justo, pues dice comprar el grano de café a
productores pequeños sin beneficiar a los distribuidores intermediarios que
suelen quedarse con las mayores ganancias. El propio Zizek califica el acto de
consumir en Starbuck’s como una “limpia del karma cultural” (Zizek, 2010). En
este mismo sentido se justifica la presencia de Putumayo en sus tiendas, pues
comprar sus discos es como apoyar a los pequeños productores de música del
mundo sin recurrir a los voraces distribuidores intermediarios.
La sociedad entre Starbuck’s y Putumayo
no es solamente comercial, sino ideológica. Como lo indican Zuik y Martínez, “la
introducción de las músicas étnicas en el mercado no es ingenua. Su ingreso
supone pasar a formar parte de la World Music como producto globalizado,
perdiendo idiosincrasias y marcas identitarias” (Zuik, s/f, p. 3). El paso de
las músicas folclóricas por los filtros occidentalizadores que representan las
disqueras como Real World o Putumayo. La música que emana de la world music es una suerte de “folklore light”, se le quitan ciertos condimentos
para evitar indigestiones al consumidor. En este mismo sentido, Martí afirma
que “el concepto de world music sirve
para cantar la diversidad, pero al mismo tiempo para encuadrar esta diversidad
dentro de unas estructuras de jerarquía social” (Barañano, 2003: p.4).
Sin embargo, no podemos dejar de lado
lo que también representa el advenimiento de esta World Music, que es la
oportunidad de insertar lo local en lo global, de llevar al mundo un fragmento
de los ritmos, instrumentaciones y composiciones del entorno inmediato para
orgullosamente mostrarlo al resto del mundo. En las palabras de Francisco
Cruces, con la World Music “por fin se ha construido lo que la etnomusicología
soñó: un oyente omnisciente, panóptico, que tiene todas las músicas del mundo
disponibles a su alcance” (Barañano, 2003: p. 10). El hecho de insertar el arte
y la música en un sistema rizomático de información se asume también como una
ventana de oportunidad, como la opción para lograr difusiones de trabajos que
antes se restringían por su ubicación espacial. En esta lógica se inserta el
trabajo de Mariachi Rock-o.
Mariachi rock-o:
el proyecto
Antes que nada, debo confesar que conocí Mariachi Rock-o en una tarde de
divagación en la Internet, en el gran libro rizomático de Deleuze. En esencia,
el proyecto consiste en retomar canciones exitosas en el entorno del rock y
arreglarlas para mariachi. Hay temas clásicos (“Something”–The Beatles, “Space Oddity”–David Bowie, “Europa”–Santana);
otros más recientes (“Close to me”–The Cure, “All these things I’ve done”–The
Killers, “Viva la Vida”–Coldplay)
y también rock en español (“Hijo de la Luna”–Mecano, “Bocanada”–Gustavo Cerati). Para realizarlo, juntaron
mariachis y roqueros para la grabación. Colaboran, entre otros, los mariachis
Vargas de Tecalitlán, el Sol de América, Embajador, Nuevo Tecalitlán; y por
parte de los roqueros, Ugo Rodríguez (Azul Violeta), Juan Son (Porter), Sheila
Ríos (corista de Maná), etc. Cabe mencionar que todos los músicos, mariachis y
roqueros, son de Jalisco. Asimismo, es importante hacer notar que buena parte
de la promoción del proyecto se hace a través de la Internet –no fue fortuito
mi hallazgo a través de este medio–, siendo los medios tradicionales apenas un
apoyo para la difusión del trabajo, según nos comentaron los propios creadores.
El proyecto surgió
en 2009, y fue ideado por Alejandro Pérez y Fernando Chávez, a partir de ver
juntos a Juanes y Metallica en la entrega de los MTV Latinos. La fusión
resulta, sin lugar a dudas, altamente controversial:
La barrera del prejuicio
es difícil de romper. Casi tan ardua como el hecho de aventurarse a realizar un
disco en donde convivieran ambos estilos, que si algo podrían tener en común en
primera instancia es que han trascendido un género musical para ser, tanto el
rock como el mariachi, una cultura en sí mismos: no se refieren sólo a notas,
melodías o instrumentos, sino que hablan de un estilo de vida, de una forma de
comprender el entorno. (blogs.iteso.mx)
Este claro ejemplo
de glocalización nos muestra la gran dificultad que implica atreverse a lanzar
una fusión de estas magnitudes, pues no es la música en sí –ni los roqueros ni
los mariachis se atreverían a negar la universalidad de la música–, sino toda
la carga cultural que detrás de ello se viene.
Para efectos de
esta investigación, logramos una entrevista vía Internet con Alejandro Pérez,
uno de los creadores de esta idea. Sobre la motivación para realizar este
proyecto, nos dijo que se busca “una nueva manera de acercar el mariachi
a la gente que no lo conoce, a las nuevas generaciones y al público de otros
países. Asimismo, pretenden “mostrar
que este arreglo de instrumentos tiene una belleza enorme y que la música que
se ha generado en México bajo este arreglo tiene una personalidad única en el
mundo”. Cuando le pedí que aplicara calificativos para su proyecto, eligió
adjetivarlo como “mexicano, moderno e innovador”. La
pregunta más sustanciosa para lo planteado en este trabajo se centró en su
visión sobre el patrimonio cultural, si éste debe preservarse o renovarse. A
ello, Alejandro nos contestó: “el mariachi debe
preservarse y renovarse, en
otras palabras debe de crecer. ( Eso pensamos los que lo valoramos ).
La falta de alguna de las dos actividades lo orilla al olvido”[1].
Sin
duda alguna, con estas respuestas podemos plantearnos muchas preguntas a partir
del marco teórico que hemos tratado de donar al inicio de nuestra exposición.
Conclusiones
Como
podemos notar, en la propia visión de sus creadores se encuentran muchas de las
cuestiones que hemos desarrollado en este trabajo. Mariachi Rock-o es, sin
lugar a dudas, un claro ejemplo de la posmoderna confrontación entre tradición e
innovación, ampliamente desarrollada por Friedman. Desde el surgimiento de la
idea, existía en los creadores la conciencia de este enfrentamiento; sabían
que, al ser cada uno de los dos ámbitos musicales a combinar (rock y mariachi)
corresponden a entornos de vida distintos y su combinación podría ser
insultante para algunos. Sin embargo, el resultado parece ser positivo y se ha
acogido muy bien tanto en lo local como en lo global. Bien podríamos
catalogarlo como una forma de conciliación entre el Olivo y el Lexus. Es, también,
una propuesta de “glocalización” de la música mexicana. El hecho de buscar que
el formato de mariachi se utilice para temas ampliamente conocidos en el mundo
gracias a su origen en el rock anglosajón, permite a esta expresión de la
música mexicana buscar nuevas latitudes, donde la limitante del idioma no le
permitía estar. Si bien también es ese “folklore light” al que nos referimos en el texto, tampoco podemos negar que
la música se redimensiona con este ejercicio.
Sobre
su carácter rizomático, no debiera existir duda alguna. El hecho de que éste
haya sido ampliamente difundido por Internet y las redes sociales (MySpace,
Facebook, etc.) nos muestra que pretende romper con los sistemas tradicionales
del mercado de la música; no hay más una disquera, sino un modelo de
autogestión que abarca la producción y distribución del contenido musical. Esta
cuestión ha hecho que su alcance sea radicalmente distinto al que hubiera
alcanzado bajo un esquema tradicional de distribución. El rizoma le permite llegar
a lugares insospechados. Tan solo en su sitio de Facebook se muestran
comentarios de Colombia y Argentina, lo cual demuestra su carácter global y
rizomático al mismo tiempo. La lógica de mercado de la era post-napster faculta
a los creadores del concepto para no solo crearlo y detallarlo, en sus manos
está gestionarlo, promocionarlo, distribuirlo.
No
dudo que ante esta exposición haya reacciones de rechazo; desde el
planteamiento sabíamos que esto era provocador en ambos sentidos. No
pretendemos ofender ni rebajar la valía de una música cuya representatividad ha
traspasado la barrera regional –el Occidente mexicano– hasta ser un referente
internacional de nuestro país. Es justo ahí donde vale la exposición, aún con
la controversia.
Bibliografía
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