Mucho se ha dicho sobre el 2012 y el fin del mundo basado en las profecías mayas: que si la realineación de los polos, que si un cambio de ciclo solar, que el gran asteroide calentará de más la tierra, o, la que por ahora quiero recuperar, un cambio en la conciencia universal.
Esto de las profecías y sus sentencias siempre tiene un toque de metafísica que a muchos les parece poco serio. Sin embargo, creo que los acontecimientos recientes nos muestran que este "cambio de conciencia universal" tiene mucho de sustento y poco de fantasía.
Comencemos por el tema ya tocado en este blog de las protestas ampliamente extendidas por el mundo este 2011. Su principal objetivo fue la denuncia de la gran acumulación de capital en muy pocas manos (en Occidente) y el cambio político (en Medio Oriente). A mi parecer, estos dos móviles sociales no se agotan con el año, pues ambos siguen vigentes. Ni el capitalismo financiero ha sido regulado por las grandes economías, ni han terminado por caer todos los regímenes autoritarios del mundo árabe. Me parece muy clareo que el propósito de cambiar el sistema político y económico es un "cambio de conciencia".
En los ámbitos culturales, también hay señales claras de este cambio de conciencia. Hay considerables signos sobre la crisis del sistema de "cultura como mercancía", ampliamente analizado por autores como García Canclini, Yúdice o Rapaille. La industria disquera está en franca decadencia, la industria editorial ha hablado cada vez con mayor fuerza sobre el e-book y la industria cinematográfica no sabe cómo contrarestar los efectos de sitios como Netflix.
En el primer caso, la venta de discos ha sido la más baja desde 1973, pero, en contraparte, la descarga de sencillos está en un alza exponencial. Claro, esto último no se traduce necesariamente en ventas, pues existen los modelos de descargas gratuitas legales. Para el segundo caso de la industria, hay datos que muestran que más del 60% de las ventas de las casas editoriales se hacen vía Internet. Al igual que en el caso anterior, esto no necesariamente habla de libros electrónicos, pues también hay una amplia venta de libros impresos por Internet. En cuanto al cine, los datos también son contundentes: las ventas de DVD han caído entre 30 y 50% en los últimos años. A lo anterior, habría que sumar el creciente número de productores tanto de música, literatura y video que son sus propios agentes gracias a las herramientas digitales. Esto también nos habla de un "cambio de conciencia" en la forma de hacer, distribuir y consumir cultura en el mundo.
Quizá el 2012 sea el año del cambio de conciencia total: el fin del capitalismo tal como lo conocemos, el fin de las dictaduras totalitarias tal como las conocemos, y la consolidación de un modelo de autogestión cultural digital. Quizá me pregunten qué hay después del capitalismo y el totalitarismo y modelo Disney de capitalismo cultural. No lo sé ni tampoco quiero jugar a la predicción marxista (el gran error de tan erudito autor). Soy un optimista que todo cambio termina por ser mejor. Una uva de mis deseos de año nuevo va para este mundo con sus nuevos modelos político, económico y particularmente, el cultural.