martes, 20 de diciembre de 2011

¿Por qué nos debe importar Corea del Norte?

Este fin de semana, tuve la oportunidad de platicar con un amigo surcoreano. Sin saber lo que se venía, le pregunté si ya eran muy notorias las diferencias culturales (lenguaje, costumbres, etc.) entre los norteños y los sureños. Cho respondió afirmativamente sin dudarlo un instante. Y no es para menos, pues 61 años de guerra formalmente declarada (aún cuando son ya 58 años sin agresiones armadas) y con mandos radicalmente opuestos han hecho de Corea del Norte una de las naciones más sui géneris del mundo contemporáneo, pues es una de las escasas naciones que aún mantienen el comunismo como sistema de gobierno.

La muerte de Kim-Jong Il este fin de semana nos ha llegado a algunos rincones del Occidente casi como una noticia para rellenar el periódico dominical, pero la realidad es que es un asunto mucho más serio que otras circunstancias con las que nos han entretenido nuestros queridos gringos en la última década.

Corea del Norte es una auténtica potencia militar y nuclear. De acuerdo con el sitio www.globalfirepower.com, es el ejército número 22 del mundo. Sin embargo, este sitio no contabiliza las armas nucleares, de las cuales Occidente posee muy poca información y apenas se supo de su existencia en 2006, cuando el gobierno norcoreano realizó pruebas nucleares. Con ello, Corea del Norte es uno de los 8 estados que tiene músculo nuclear, lo cual lo hace mucho más peligroso que las vaciladas de George W. Bush en torno a Irak o Afganistán.

La sucesión en este país se vuelve delicada ante su bien sabida aversión hacia Occidente y particularmente a los Estados Unidos. La monolítica y anquilosada forma de hacer política de los estados comunistas los hacen todo un misterio para nosotros. Apenas sabemos que el sucesor es el tercer hijo del difunto líder y que apenas cuenta con 27 años de edad. Estos escasos datos nos hacen dudar aún más sobre el futuro de esta peligrosa nación. Un padre obsesionado con heredar el poder a un hijo puede ser la debacle de un imperio. Más aún, un heredero joven puede ser la perdición del reino. Baste el ejemplo de Rómulo Augusto, último emperador de Roma, quien fue depuesto cuando contaba con apenas 15 años de edad.

El nuevo líder norcoreano es todo un misterio y nadie puede apostar aún nada sobre el futuro de este controversial país. Sin duda, los sucesos de este país será uno de los sucesos más importantes a seguir para este 2012.