miércoles, 30 de noviembre de 2011

El reporte ludográfico: pensamiento teórico-creativo para la motivación en el aula universitaria


Introducción
A partir de los años ochenta y noventa, han cambiando sustancialmente las concepciones sobre la inteligencia. Las investigaciones de Howard Gardner en torno a ello aportaron la noción de las “inteligencias múltiples”, que viene a romper con la tesis del coeficiente intelectual, hasta entonces aceptada, pues ésta solía medir e integrar la inteligencia en un solo indicador. Para Gardner, ésta tenía distintas formas de manifestarse, desde las más medidas por el IQ, como la lógica-matemática y la lingüística, incorporando otras formas como la espacial, musical, intrapersonal e interpersonal, entre otras más.

Esta nueva concepción abrió la posibilidad de mirar no solo la inteligencia desde otra óptica, sino también la educación y todo su entorno. De todo esto surgen una serie de investigaciones y propuestas pedagógicas que han modificado y enriquecido el sistema educativo. Sin embargo, la visión gardneriana ha sido fundamentalmente aplicada en la educación básica, pero ha tenido pocas repercusiones en la educación superior, donde el predominio de contenidos teóricos, abstractos, fundamentalmente lógico-matemáticos y/o lingüísticos, han conservado un sistema pedagógico tradicional que poco recurre a las otras inteligencias descritas por Gardner.

En nuestro trabajo en el aula universitaria, hemos implementado a partir de 2007 una herramienta pedagógica para vincular los contenidos teóricos, tradicionales en las carreras universitarias en Ciencias Sociales, con el pensamiento lateral (De Bono, 1994) con la intención de recuperar el trabajo espacial, musical o intrapersonal desarrollado en la educación básica y conseguir un desarrollo más integral de la inteligencia en los jóvenes universitarios. Esta herramienta no solo ha contribuido al desarrollo de la creatividad en los alumnos, sino que también ha contribuido enormemente en la motivación con la que los estudiantes afrontan su rol en el aula.

La creatividad y la mente humana
El trabajo sobre las inteligencias de Howard Gardner tuvo también su impacto en la pedagogía de las artes y su importancia en el desarrollo humano. Gardner encuentra cierta correspondencia entre la forma de aprender las artes y las ciencias: a) hay un mensaje emitido por un autor, b) hay un público receptor que evalúa y critica el trabajo, c) se busca encontrar respuestas a una interrogante, y d) parten de un proceso de creatividad (Gardner, 1973: 311). Esta similitud en el aprendizaje se va perdiendo con el tiempo. Tomando como punto de partida las teorías del desarrollo de Piaget, el citado autor encuentra que el enfoque en la adolescencia hacia las “operaciones formales”, totalmente centradas en lo “abstracto” o “teórico” (Gardner, 2005: 273). Es ahí donde toma distancia de esta idea y considera que este enfoque privilegia el aprendizaje hacia la ciencia en detrimento de la cognición estética. Citando un estudio Judy Burton, hace notar que los preadolescentes pueden pasar en cuestión de semanas de no poder dibujar con noción de tercera dimensión a ser capaces de percibir “los detalles de la figura humana y la posibilidad de producir relaciones en profundidad, de un modo que hasta entonces les resultaba inaccesible” (Gardner, 2005: 279).

En complemento a las ideas de Gardner, encontramos el importante trabajo de Elliot Eisner, quien se pregunta explícitamente “¿qué puede aportar el arte?, ¿qué pueden hacer las artes en general (…) para aumentar la calidad de vida individual y social?, ¿qué aportaciones puede hacer el arte al mundo en el que viven los hombres? (Eisner, 1972: 255) El autor relaciona la forma en la que se vive y se interpreta el arte con la educación, y encuentra que el primero guarda una serie de aportaciones para el segundo, sin que se haya prestado suficiente atención a ello. Eisner destaca siete formas en las que el arte podría mejorar la educación: a) puede haber más de una respuesta a una pregunta y más de una solución a un problema[i]; b) la forma no está disociada del contenido, sino que integran un todo único; c) la importancia de la imaginación y la creatividad en el desarrollo de la humanidad (los grandes inventos de la ciencia dan cuenta de ello); d) la conformación de relaciones entre las partes es fundamental para la mejor comprensión del todo; e) dar importancia a las satisfacciones intrínsecas, rompiendo la lógica instrumental y utilitarista tan común en nuestros tiempos; f) superar la noción de que las explicaciones numéricas y literales son las únicas válidas; y g) la experiencia deja aprendizaje, en ocasiones, mayor que el resultado (Eisner, 2004: pp. 239-253).

De estas ideas, quiero destacar la importancia del desarrollo de la creatividad, característica innegable en la formación estética. En primer lugar, es importante mencionar que todo acto creativo es precedido de un ejercicio de memoria, de recurrencia a lo conocido o a lo existente. (Marina, 2003: pp. 129-133). No hay una invención surgida de la nada; todo emana del conocimiento previo o de la relación del sujeto con su entorno. Pero la relación que la mente creativa busca entre el sujeto y el objeto no es solo relacional, busca trascender del encuentro al ámbito, donde sujeto y objeto se funden en una “relación de interacción” que se convierte en “una forma fecunda de unidad” (López-Quintás, 2002: p. 134). De tal suerte, la creatividad también es una utilísima herramienta para insertar al individuo con su entorno, fundirlo con él y hacerlo en él, propósitos intrínsecos al proceso educativo mismo.

Sin embargo, todo este desarrollo teórico basado en Gardner y Eisner, reforzado por López-Quintás, nos sigue refiriendo al niño o al adolescente, al ser humano en crecimiento y, por ende, en formación. Aún no alcanza a vislumbrarse cómo este proceso creativo puede llegar a la universidad. En este sentido, Mihalyi Csikszentmihalyi hace un importante rastreo de cómo fue el desarrollo de vida de personas consideradas creativas, ya sea por sus aportes al mundo de la ciencia a las artes. Este autor húngaro hace notar que “los años de estudios superiores fueron un momento culminante de su vida (…), encontraron su voz propia y su vocación se hizo clara” (Csikszentmihalyi, 1998: p. 216). En este capítulo, el autor enfatiza que, además del empuje y la “transpiración” necesarios para concluir los estudios universitarios, es fundamental el fomento de la curiosidad para que el estudiante universitario se desarrolle. Este trabajo recae en la figura del maestro, quien se convierte en el motivador por naturaleza; “los profesores de college (…) pueden despertar el interés dormido de una persona por un tema y proporcionarle el acicate intelectual correcto que conduzca a una vocación para toda la vida” (Csikszentmihalyi, 1998: p. 217). He ahí el importante papel motivador del maestro, y si éste envuelve de este entorno creativo su clase, seguramente la motivación será mayor.

¿Qué es el reporte ludográfico?
La idea de este trabajo se fue moldeando poco a poco a partir de 2007, cuando me fueron asignadas clases de perfil humanístico en el Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México. Estas clases están dirigidas a todas las carreras, con la intención de sensibilizar a los alumnos en el mundo de las humanidades y las artes. Fue así que decidí implementar como proyecto final de la clase de Arte Contemporáneo y Sociedad, la creación de una “obra de arte contemporáneo” original donde los alumnos lograran alguna justificación teórico-social de la misma. Hubo resultados muy interesantes, a tal grado, que propuse a la institución realizar una exposición con dichos trabajos en 2008 y llamó mucho la atención de la comunidad universitaria.

Ya para ese momento, se me habían asignado un par de clases más como optativas para los programas en Ciencias de la Comunicación y Relaciones Internacionales[ii], ambas con contenidos culturales y artísticos. Para estos cursos, decidí que esta idea del proyecto final de la clase de arte podía llevarse a otro formato. Si estas clases pretendían fungir como clases especializadas y de alto enriquecimiento para estas carreras de perfil social y humano, bien podía incrementarse la demanda de este tipo de proyectos. Fue así que decidí que para cada lectura del curso –la carga sería de una por semana–, los alumnos no entregarían más algún reporte por escrito, ya sea como reseña, resumen, mapa mental, comentario o cuestionario; cualquiera de ellos altamente utilizado en el entorno universitario. Abandonamos los reportes construidos con el cerebro lógico-matemático y migramos hacia cualquier forma que surgiera del esquema creativo de los jóvenes. No importaba cuál fuera su soporte material, ni la técnica, ni el arte bajo el cual se abordara. Lo que se pretendía era que, tomando uno o varios aspectos de la lectura asignada para el tema, el alumno lo(s) recuperara e inventara algo que expresara la forma en la que había aprehendido el tema.

Así surgió lo que hoy llamamos los reporte ludográficos de lectura. Al principio, los jóvenes recurren al rápido y sencillo collage. Fue entonces que los motivé a que rebasaran la inmediatez que representaba un trabajo así y que buscaran en su propia imaginación. Con el paso del tiempo, esta indicación se va transformando en un factor motivacional impresionante: se presentaron dibujos, pequeños sketches teatrales en clase, coros de voces interpretando un tema alusivo al movimiento cultural revisado, se hicieron canciones, juegos de mesa, arte-objetos, esculturas, videos, etc. Lo mejor y más importante resultaba que cada trabajo entregado más se convertía en todo un reto, no ante la clase o el profesor, sino ante sí mismos.

La culminación del éxito de esta técnica pedagógica se dio cuando me incorporé al plantel docente de la Universidad Iberoamericana en 2010 para impartir la clase de Introducción al Entorno para Ciencias de la Comunicación y decidí aplicarla ahí también. Fue muy importante notar que los resultados no variaron en lo esencial y que la técnica funcionaba en universos y entornos distintos. De igual manera, los jóvenes hicieron esculturas, dibujos, canciones, escenas teatrales y hasta comerciales radiofónicos. No cabe la menor duda de que la creatividad no tiene límites.

Resulta importante también especificar dos cuestiones: cómo evaluar estos reportes y cómo contribuyen en la motivación de los estudiantes. En cuanto al primer aspecto, la metodología que hemos aplicado en este sentido es la evaluación por rúbrica, ya que ésta permite una visión más amplia de criterios donde tanto profesor como alumno pueden compartir su evaluación sobre un proyecto dado. La rúbrica para los reportes ludográficos consta de los siguientes criterios: a) Comprensión del texto, b) Creatividad, c) Elaboración, d) Calidad técnica; mismos que se gradúan bajo la siguiente escala: i) y Excelente, ii) Notable, iii) Regular, iv) Pobre. Es importante también destacar que los criterios están ordenados de acuerdo con su ponderación, pues la intención del reporte ludográfico jamás será evaluar la capacidad técnica de los estudiantes para trabajar en algún arte o proceso artesanal, sino ligar la mente racional (comprensión del texto) con la mente imaginativa (creatividad). Esto no excluye en considerar importante los aspectos formales del reporte, por lo que también nos resulta fundamental los aspectos materiales y técnicos.

Excelente
Notable
Regular
Pobre
Comprensión del texto
35%
El trabajo muestra la comprensión total del texto asignado
El trabajo muestra la comprensión de los conceptos más importantes
El trabajo refleja la lectura y la atención en al menos un aspecto.
No es posible notar la lectura a través del trabajo
Creatividad
30%
El trabajo muestra una forma innovadora y muy personal de presentar las ideas
El trabajo muestra una forma personal de comprensión del tema.
El trabajo al menos muestra una ocurrencia relacionada con el tema.
El trabajo es ordinario y no expresa nada personal.
Elaboración
25%
Es evidente que para la elaboración del trabajo se invirtieron más de 3 horas.
Es evidente que para la elaboración del trabajo se invirtieron entre 2 y 3 horas.
Es evidente que para la elaboración del trabajo se invirtieron entre 1 y 2 horas.
Es evidente que la elaboración del trabajo llevó menos de una hora de dedicación.
Calidad técnica
10%
El trabajo refleja las grandes habilidades del alumno en la técnica seleccionada.
El trabajo refleja buenas habilidades del alumno en la técnica seleccionada.
El trabajo refleja las habilidades básicas en la técnica seleccionada.
El trabajo nota que el alumno no es capaz de trabajar en la técnica seleccionada.

Este mismo sistema de evaluación nos permite responder la segunda cuestión planteada líneas arriba. La motivación se liga intrínsecamente a la evaluación por rúbrica. Recordemos que este sistema de evaluación no solamente es multicriterio, sino también es bidireccional; es decir, el estudiante también es considerado en esta evaluación y converge con el profesor en que su evaluación ha sido adecuada. Esta autoevaluación ha funcionado favorablemente para lograr que el estudiante intente superar su trabajo anterior. Como comentamos anteriormente, algunos comienzan con el simple collage y terminan realizando obras muy complejas, tanto en su aspecto conceptual como en el material. Aún cuando es notoriamente una herramienta de estímulo a la creatividad, la práctica nos ha demostrado que también ha sido muy eficaz en la motivación del estudiante para leer, comprender y trabajar mejor en las materias en las que lo hemos venido utilizando.

Conclusión
Algunos aspectos importantes a destacar en el desarrollo del reporte ludográfico fue notar que muchas de las características mencionadas por Eisner se presentan en él: los alumnos descubrieron que había más de una forma de acceder al tema, que la recompensa no estaba en la calificación que el profesor decidiera asignar al trabajo sino en el hecho mismo de haber creado un reporte de esta naturaleza, el énfasis en la experiencia, por mencionar las más evidentes.

Asimismo, permite que la creatividad emerja de la memoria y el conocimiento previo del alumno, como lo sugiere Marina; también logra que el alumno se funda con el entorno, pasando del encuentro al ámbito, como lo sugiere López-Quintás. Sin embargo, lo más importante lo encontramos en la posibilidad de que el espacio universitario no sólo sea el momento culmen de la vida del estudiante (Csikszentmihalyi), sino que también logre convertirse en un espacio donde no solo se trabaje con la mente lógico-matemática o lingüística de los estudiantes y se ignore esas otras capacidades a las que nos refiere Gardner, como la espacial, musical, interpersonal o intrapersonal.

Además, este tipo de reportes cumplen una importante función en la motivación del alumno para retarse a sí mismo, para conocerse mejor y, sobre todo, para no perder esas capacidades del niño y adolescente a las que refiere Gardner valiéndose de Piaget. Para mí, estas cualidades no se pierden con la edad adulta y la formación universitaria; es el propio entorno tanto educativo como laboral lo que nos va exigiendo ser más objetivos y abstractos; enfatizar esa lógica instrumental, pragmática y utilitarista intrínseca al mundo moderno. Sin embargo, son los creativos los que aprenden las reglas del juego para luego cambiarlas. Qué mejor que sean comunicólogos, internacionalistas, arquitectos, administradores o ingenieros con su lado creativo recuperado los que busquen nuevas soluciones a los mismos viejos problemas.

Finalmente, quiero enfatizar que la intención de compartir esta experiencia con otros colegas es, no sólo para que la implementación de esta técnica deje de ser un esfuerzo individualísimo, sino también para incentivar a los propios docentes a dicha creatividad, a buscar nuevas formas –no sólo la que aquí se propone– de motivar e incentivar el aprendizaje en los alumnos, donde puedan incorporar lo aprendido a su propia vida. Concedo mucha razón a Csikszentmihalyi en la relevancia que tiene el profesor universitario para el futuro desarrollo de las grandes mentes que harán de este mundo algo mejor. Creo firmemente que esta técnica puede implementarse por más colegas del ámbito universitario; es por ello que me parece fundamental realizar el presente texto y exponerlo a la visión de otros, que permita reflexionarlo, usarlo, modificarlo, nutrirlo y sobre todo, extenderlo, tanto en su capacidad como en su uso. Si se me pregunta si este reporte es mejor que los tradicionales y de serlo, cómo lo demuestro, mi respuesta es tan simple como decir que no se trata de mejorar a lo ya  establecido; lo que pretendemos es dar nuevas herramientas, ya que lo nuevo suele deslumbrarnos y cautivarnos. He ahí la magia de este sistema que por su novedad, cautiva al alumno, despertando así su motivación en el aula y en el proceso de aprendizaje.

Referencias
Czsikszentmihalyi, Mihaly (1998). Creatividad. El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención. Paidós, Barcelona.
De Bono, Edward (1994). El Pensamiento creativo. El poder del pensamiento lateral para la creación de nuevas ideas. Paidós, México.
Eisner, Elliot (1972). Educar la visión artística. Paidós. Barcelona
            (2004). El arte y la creación de la mente. Paidós. Barcelona
Gardner, Howard (1994). Educación artística y desarrollo humano. Paidós, Barcelona.
            (2005) Arte, mente y cerebro. Una aproximación cognitiva a la creatividad. Paidós, Barcelona.
López-Quintás, Alfonso (2002). Inteligencia creativa. El descubrimiento personal de los valores. BAC, Madrid.
            (2004). La experiencia estética y su poder formativo. Universidad de Deusto.
Marina, José Antonio (2007). Teoría de la inteligencia creadora. Anagrama, Barcelona.



Notas

[i] Eisner aclara que este principio no puede aplicarse en todos los ámbitos del conocimiento, pues hay algunos que requieren ser inflexibles para proporcionar la adaptación del niño al entorno. Particularmente, menciona el caso de la ortografía y la aritmética (239-240).
[ii] Las clases son: Movimientos Contraculturales del Siglo XX y Arte para el Desarrollo Humano. Ambas se ofertan como Tópicos, materias optativas del tercer tercio de la carrera, y tienen como finalidad nutrir con información especializada el perfil específico de la carrera al que se ha interesado cada estudiante.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Mariachi Rock-o: una expresión posmoderna de lo mexicano


Lo estético en la posmodernidad

Desde inicios del siglo XX, la gran característica del arte fue la provocación y el rechazo. Así sucedió con los impresionistas y fauvistas en el ocaso del París de la Bella Época; ni qué decir de las encontradísimas reacciones al orinal o la silla con rueda de bicicleta de Marcel Duchamp en Nueva York; y en el ocaso del siglo XX, aquella caja de zapatos de Gabriel Orozco en la Bienal de Venecia. Entre el rechazo y la admiración, los artistas visuales de esta era fueron acuñando el término de “anti-arte”, que en palabras del propio Marcel Duchamp “se basaba en una reacción de indiferencia visual, con la total ausencia de buen o mal gusto (...) de hecho una completa anestesia” (www.ciber-arte.com).

 Esta noción de antiarte termina por trastocar y dislocar totalmente la noción tradicional y clásica de estética –altamente asociada a la noción de belleza–, y lentamente comenzó a trasladarse hacia otras artes, como lo fue también la música. En la propia época del dadaísmo de Duchamp, del automatismo puro en la creación artística, surge el beebop, estilo de jazz lleno de improvisación que igualmente generó reacciones encontradas en torno a ello. El puntal de las músicas controvertidas del siglo XX cruzados por esta noción de antiarte fue el rock. Desde Elvis Presley, pasando por los Beatles, hasta llegar al movimiento grunge de Seattle en los años noventa. Baste mencionar como ejemplo la relación amorosa del músico John Lennon con la artista plástica Yoko Ono, la cual cambió la música del primero hacia formatos que resultaron llenos de improvisación y desapego a las reglas de la música, particularmente, armonía, melodía y composición.

Lo que comenzó en la estética de las academias parisinas influenció poco a poco a toda la sociedad y se convirtió en un fenómeno digno de atención académica. Los llamados filósofos posmodernos de origen francés, dieron cuenta de estos cambios que implicaban alterar los principios fundamentales de la modernidad racional de la Ilustración: se cancela cualquier utopía de progreso, el desencanto ocupa su lugar; se enfatiza la satisfacción personal por la social, pasando ampliamente por el consumo; el racionalismo pierde autoridad a manos de otras fuentes de conocimiento como la espiritualidad y el esoterismo; el lenguaje, en manos de los medios de comunicación, alcanza dimensiones insospechadas, pero al mismo tiempo, la sobreinformación genera desinformación, estimulando el individualismo pragmático.

Para efectos de este trabajo, recuperaremos algunas de las ideas más importantes de tres importantes representantes de esta corriente posmoderna del pensamiento –también reconocidos como post estructuralistas, por la gran influencia que ejercen en ellos pensadores como Althusser, Foucault o Derrida–. Nos interesan las ideas sobre estética de Jean Baudrillard, las ideas sobre el personalismo estético en Gilles Lipovetsky, y la noción de rizoma en los textos, expuesta por Gilles Deleuze y Felix Guattari.

En primer lugar, tomaremos a Baudrillard, quien incluso hace de la propia noción de antiarte objeto de su análisis. Para él, el arte ha perdido su capacidad de representación, quedándonos solo “del arte la propia idea del arte” (Baudrillard, 2006: p. 39). El arte es complotista y busca ser un agente más de la falta de contrastes en el mundo posmoderno. El arte contemporáneo es una simulación, es una transestética que sólo transmite “obscenidad de la visibilidad, de la transparencia inexorable de todas las cosas” (Baudrillard, 1997: p. 53). Su paradigma es, entonces, comunicar el sinsentido, es un objeto que se desobjetualiza y se vuelve cómplice de la máscara que disimula el desencanto del mundo.


Las ideas de Baudrillard bien pueden reforzarse con las ideas de Gilles Lipovetsky sobre las nuevas formas de individualización y personalización en la posmodernidad. Particularmente para este trabajo, nos interesa su idea sobre la estetización del individuo, a partir del resurgimiento de dos mitos: Eros, el amor seductor; y Narciso, el amor a sí mismo. Ambas nociones son ampliamente necesarias para la concepción del individuo posmoderno, que se construye a sí mismo a partir de amor propio y amor seductor. Esta construcción erótico-narcisista es palpable a partir del fenómeno de la moda, asunto altamente efímero y frívolo, pero indispensable para la vida en la era posmoderna (Lipovetsky, 2007). Sin embargo, el autor se mantiene optimista al respecto; concede que la época también contiene una nueva idea de la ética, donde hay una consideración por la otredad para la propia subsistencia. Esta noción ética lipovetskiana está fuertemente relacionada con la del “consumo ético” plantada por Zizek, donde el individuo, altamente consumista, prefiere consumir aquello que se diga benéfico para el planeta o algún grupo desfavorecido en el mundo (Zizek, 2010).

Por último, y en complemento a lo anterior, queremos rescatar la idea de “Rizoma” de Deleuze y Guattari. En la introducción a Mil Mesetas (Deleuze, 2000), los autores plantean que el libro, herramienta fundamental para la fundación de la Modernidad, fue concebido como una raíz, donde el conocimiento parte de un origen común y se va subdividiendo y estableciendo en taxonomías perfectamente ordenadas para organizar las ideas. Esta noción se altera en la Posmodernidad. El libro no tiene más una lógica arbórea, sino el de un rizoma (como los filamentos entrelazados del tubérculo, o las complejas redes de interconexión que presentan los túneles de los topos o los perritos de la pradera). En esta nueva concepción de la escritura y del conocimiento, Deleuze y Guattari piden “escribir a n-1” (Delueze, 2000: p. 12); esto es, siempre antecediendo a la multiplicidad de interconexiones que se derivan de la primer noción. De alguna manera, los autores están anticipando la era del hipervínculo –es un texto de la década de los ochenta–, donde el texto deja de ser raíz y se vuelve este rizoma de interrelaciones infinitas, donde todo tiene que ver con todo y nada es absoluto.

Es bajo estos preceptos que podemos comprender la Posmodernidad, donde impera el arte no objetual y transgresor hasta de sí mismo; cómplice de la superestetización del individuo y de la desestetización del arte mismo; de una concepción atómica de un sujeto consumista, pero ético; que se adentra en el texto con una lógica de interconexión que supera cualquier intento de jerarquización de la información. Bajo estos parámetros, la música también altera sus propios formatos, pues su apropiación, consumo y distribución se modifica sustancialmente.

Las nuevas relaciones de lo local y lo global
El afamado periodista y corresponsal del New York Times, Thomas L. Firedman, plantea en un muy interesante libro una de las grandes dicotomías de la posmodernidad. En el propio título de la obra en inglés (The Lexus and The Olive Tree; Friedman, 1999) se puede percibir esta gran contradicción. La posmodernidad es, por un lado, productora de los acercamientos entre los distantes; es causa y efecto de las grandes tecnologías totalizadoras como la computadora, los teléfonos móviles y el Internet; pero, por otro lado, ha traído consigo un mayor aprecio a lo culturalmente propio, a la preservación del grupo social original y de los valores y objetos que le pertenecen. Es así como el Lexus, el auto hipermoderno del Japón, se confronta al árbol de olivo, altamente representativo de la estirpe judía.

Esta es la gran confrontación de la llamada “globalización cultural”, o como lo expresaría Ulrich Beck, la “glocalización”, donde lo local y lo global se unen, pero se rechazan al mismo tiempo (Beck, 2004). En nuestros países latinoamericanos, esta se expresa con claridad en la noción de culturas híbridas de García Canclini, donde lo culto, lo popular y lo masivo conviven cotidianamente para reconformar nuestras culturas posmodernas. Es un constante McDonald’s contra Macondo (García Canclini, 2002), que termina por generar una profunda “fragmentación de identidades”, como lo dice Comas D’Argemir. Entre más se trata de homogeneizar el mundo a través de productos culturales cargados con la etiqueta de lo global, los individuos buscan más los referentes locales para reafirmarse, pero estos terminan por estar impregnados también de los efectos globales. Por más que se busque preservar por preservar, se termina por hacer reestructuración de lo local ante lo global para hacerlo sobrevivir (Comas D’Argemir, 2002: p.100)

Todos estos complejos y entramados sistemas de conexión entre global y local, de hibridaciones y fragmentaciones, terminan por modificar el sistema cultural. Comas D’Argemir habla de los productos culturales étnicos como “alternativos” a los del sistema mundial. En una investigación previa, ya nosotros habíamos trabajado con la noción de culturas alternativas, cuya origen gramsciano nos sitúa en un contexto de hegemonía contra alternatividad. Sin embargo, el concepto es ahora más permeable, se vuelve un capital cultural de reserva que “ha sido excluido de la cultura hegemónica, pero mantiene un sistema de entradas y salidas no reguladas que la mantienen en relación con el centro cultural” (Cerrillo, 2007: p. 146).

La posmodernidad y la glocalización en el mercado de la música
Todas las nociones teóricas que hemos revisado hasta ahora no se hicieron palpables en el entorno de la música sino hasta el advenimiento en los años noventa del fenómeno Napster. Recordemos que esto se trató del primer sistema de descargas masivas e ilegales de música por Internet bajo el sistema peer-to-peer, con lo que se vino a la baja la tendencia ganadora que por décadas había mantenido la industria discográfica y que le permitía manejar todo el entorno de la música, pues el éxito comercial de los artistas dependía totalmente del disco:


Fuente: Ehrlich, Brena (2011)

Pese a los intentos de la industria discográfica por contrarrestar los efectos del sistema de descargas iniciado por este sitio digital, este cambio llegó para quedarse. No obstante las demandas encabezadas por algunos artistas como Metallica, ni el lanzamiento de sus propios portales de descargas y la virtual desarticulación de Napster, los sitios de descarga proliferaron y los medios de intercambio no comercial se multiplicaron. El disco dejó de ser el medio de distribución y consumo ideal para el mercado de la música y dio paso a nuevas formas de gestión de la música. La proliferación de software de audio para computadoras caseras y la llegada de sitios de distribución personal de música, como MySpace, habían dado lugar a un sistema de autoproducción y autodistribución de la música, abriendo la línea de consumo hacia ámbitos donde la remuneración económica pasaba a segundo término. El rizoma había llegado al mercado de la música y el sistema arbóreo que representaban las compañías disqueras estaba herido de muerte.

Así como el total del mercado de la música se alteró ante la presencia de los formatos digitales, también vimos suceder cambios en la valoración y comercialización de las músicas folclóricas. Estos cambios se anunciaron con mucha anticipación, cuando algunos artistas del ámbito del rock y la música moderna habían introducido a su trabajo instrumentaciones o estructuras musicales “exóticas”, como las cítaras indias con artistas como los Beatles o los Rolling Stones, el gran auge del latin jazz en la segunda mitad del siglo XX y el paulatino reconocimiento de artistas de países asiáticos (Ravi Shankar, Fairuz), africanos (Cesária Évora, Miriam Makeba) o latinoamericanos (Tito Puente, Celia Cruz) en el mercado internacional de la música.

Ya en los años ochenta, este “descubrimiento” de las músicas locales ya tenía el apelativo de Worldbeat, ritmos del mundo. Artistas como Peter Gabriel no sólo incorporaron músicos de otras latitudes a su equipo (Manu Katché), sino a colaborar directamente en el festival WOMAD (World of Music, Arts and Dance) y crear la compañía disquera Real World en 1989, cuyo interés se centra en las músicas étnicas del mundo.

El mejor ejemplo del desarrollo del WorldBeat y la World Music está, sin lugar a dudas, en la compañía disquera Putumayo. Creada a inicios de los noventa, desde su propia concepción, se trató de un proyecto dirigido a retomar las músicas del mundo y llevarlas al mercado internacional, en un formato más contemporáneo y atractivo al consumidor. La innovación comercial que representa Putumayo lo ha llevado al punto de diversificar sus puntos de venta, como el hecho de contar con un exhibidor en las cafeterías Starbuck’s, lo cual en términos descritos por Kasabian se convierte en un “turismo distribuido”, donde se inserta a la música en el proceso de sobreinformación y su consecuente desinformación que conforma al individuo posmoderno (Kasabian, 2004).

De igual manera, el acercamiento de Putumayo con Starbuck’s tiene su componente ético. La empresa cafetera se promueve como gestora del comercio justo, pues dice comprar el grano de café a productores pequeños sin beneficiar a los distribuidores intermediarios que suelen quedarse con las mayores ganancias. El propio Zizek califica el acto de consumir en Starbuck’s como una “limpia del karma cultural” (Zizek, 2010). En este mismo sentido se justifica la presencia de Putumayo en sus tiendas, pues comprar sus discos es como apoyar a los pequeños productores de música del mundo sin recurrir a los voraces distribuidores intermediarios.

La sociedad entre Starbuck’s y Putumayo no es solamente comercial, sino ideológica.  Como lo indican Zuik y Martínez, “la introducción de las músicas étnicas en el mercado no es ingenua. Su ingreso supone pasar a formar parte de la World Music como producto globalizado, perdiendo idiosincrasias y marcas identitarias” (Zuik, s/f, p. 3). El paso de las músicas folclóricas por los filtros occidentalizadores que representan las disqueras como Real World o Putumayo. La música que emana de la world music es una suerte de “folklore light”, se le quitan ciertos condimentos para evitar indigestiones al consumidor. En este mismo sentido, Martí afirma que “el concepto de world music sirve para cantar la diversidad, pero al mismo tiempo para encuadrar esta diversidad dentro de unas estructuras de jerarquía social” (Barañano, 2003: p.4).

Sin embargo, no podemos dejar de lado lo que también representa el advenimiento de esta World Music, que es la oportunidad de insertar lo local en lo global, de llevar al mundo un fragmento de los ritmos, instrumentaciones y composiciones del entorno inmediato para orgullosamente mostrarlo al resto del mundo. En las palabras de Francisco Cruces, con la World Music “por fin se ha construido lo que la etnomusicología soñó: un oyente omnisciente, panóptico, que tiene todas las músicas del mundo disponibles a su alcance” (Barañano, 2003: p. 10). El hecho de insertar el arte y la música en un sistema rizomático de información se asume también como una ventana de oportunidad, como la opción para lograr difusiones de trabajos que antes se restringían por su ubicación espacial. En esta lógica se inserta el trabajo de Mariachi Rock-o.

Mariachi rock-o: el proyecto

Antes que nada, debo confesar que conocí Mariachi Rock-o en una tarde de divagación en la Internet, en el gran libro rizomático de Deleuze. En esencia, el proyecto consiste en retomar canciones exitosas en el entorno del rock y arreglarlas para mariachi. Hay temas clásicos (“Something”–The Beatles, “Space Oddity”–David Bowie, “Europa”–Santana); otros más recientes (“Close to me”–The Cure, “All these things I’ve done”–The Killers,Viva la Vida”–Coldplay) y también rock en español (“Hijo de la Luna”–Mecano,Bocanada”–Gustavo Cerati). Para realizarlo, juntaron mariachis y roqueros para la grabación. Colaboran, entre otros, los mariachis Vargas de Tecalitlán, el Sol de América, Embajador, Nuevo Tecalitlán; y por parte de los roqueros, Ugo Rodríguez (Azul Violeta), Juan Son (Porter), Sheila Ríos (corista de Maná), etc. Cabe mencionar que todos los músicos, mariachis y roqueros, son de Jalisco. Asimismo, es importante hacer notar que buena parte de la promoción del proyecto se hace a través de la Internet –no fue fortuito mi hallazgo a través de este medio–, siendo los medios tradicionales apenas un apoyo para la difusión del trabajo, según nos comentaron los propios creadores.

El proyecto surgió en 2009, y fue ideado por Alejandro Pérez y Fernando Chávez, a partir de ver juntos a Juanes y Metallica en la entrega de los MTV Latinos. La fusión resulta, sin lugar a dudas, altamente controversial:

La barrera del prejuicio es difícil de romper. Casi tan ardua como el hecho de aventurarse a realizar un disco en donde convivieran ambos estilos, que si algo podrían tener en común en primera instancia es que han trascendido un género musical para ser, tanto el rock como el mariachi, una cultura en sí mismos: no se refieren sólo a notas, melodías o instrumentos, sino que hablan de un estilo de vida, de una forma de comprender el entorno. (blogs.iteso.mx)

Este claro ejemplo de glocalización nos muestra la gran dificultad que implica atreverse a lanzar una fusión de estas magnitudes, pues no es la música en sí –ni los roqueros ni los mariachis se atreverían a negar la universalidad de la música–, sino toda la carga cultural que detrás de ello se viene.

Para efectos de esta investigación, logramos una entrevista vía Internet con Alejandro Pérez, uno de los creadores de esta idea. Sobre la motivación para realizar este proyecto, nos dijo que se busca “una nueva manera de acercar el mariachi a la gente que no lo conoce, a las nuevas generaciones y al público de otros países. Asimismo, pretenden “mostrar que este arreglo de instrumentos tiene una belleza enorme y que la música que se ha generado en México bajo este arreglo tiene una personalidad única en el mundo”. Cuando le pedí que aplicara calificativos para su proyecto, eligió adjetivarlo como mexicano, moderno e innovador”. La pregunta más sustanciosa para lo planteado en este trabajo se centró en su visión sobre el patrimonio cultural, si éste debe preservarse o renovarse. A ello, Alejandro nos contestó: “el mariachi debe preservarse y renovarse, en otras palabras debe de crecer.  ( Eso pensamos los que lo valoramos ).  La falta de alguna de las dos actividades lo orilla al olvido”[1].

Sin duda alguna, con estas respuestas podemos plantearnos muchas preguntas a partir del marco teórico que hemos tratado de donar al inicio de nuestra exposición.

Conclusiones
Como podemos notar, en la propia visión de sus creadores se encuentran muchas de las cuestiones que hemos desarrollado en este trabajo. Mariachi Rock-o es, sin lugar a dudas, un claro ejemplo de la posmoderna confrontación entre tradición e innovación, ampliamente desarrollada por Friedman. Desde el surgimiento de la idea, existía en los creadores la conciencia de este enfrentamiento; sabían que, al ser cada uno de los dos ámbitos musicales a combinar (rock y mariachi) corresponden a entornos de vida distintos y su combinación podría ser insultante para algunos. Sin embargo, el resultado parece ser positivo y se ha acogido muy bien tanto en lo local como en lo global. Bien podríamos catalogarlo como una forma de conciliación entre el Olivo y el Lexus. Es, también, una propuesta de “glocalización” de la música mexicana. El hecho de buscar que el formato de mariachi se utilice para temas ampliamente conocidos en el mundo gracias a su origen en el rock anglosajón, permite a esta expresión de la música mexicana buscar nuevas latitudes, donde la limitante del idioma no le permitía estar. Si bien también es ese “folklore light” al que nos referimos en el texto, tampoco podemos negar que la música se redimensiona con este ejercicio.

Sobre su carácter rizomático, no debiera existir duda alguna. El hecho de que éste haya sido ampliamente difundido por Internet y las redes sociales (MySpace, Facebook, etc.) nos muestra que pretende romper con los sistemas tradicionales del mercado de la música; no hay más una disquera, sino un modelo de autogestión que abarca la producción y distribución del contenido musical. Esta cuestión ha hecho que su alcance sea radicalmente distinto al que hubiera alcanzado bajo un esquema tradicional de distribución. El rizoma le permite llegar a lugares insospechados. Tan solo en su sitio de Facebook se muestran comentarios de Colombia y Argentina, lo cual demuestra su carácter global y rizomático al mismo tiempo. La lógica de mercado de la era post-napster faculta a los creadores del concepto para no solo crearlo y detallarlo, en sus manos está gestionarlo, promocionarlo, distribuirlo.

No dudo que ante esta exposición haya reacciones de rechazo; desde el planteamiento sabíamos que esto era provocador en ambos sentidos. No pretendemos ofender ni rebajar la valía de una música cuya representatividad ha traspasado la barrera regional –el Occidente mexicano– hasta ser un referente internacional de nuestro país. Es justo ahí donde vale la exposición, aún con la controversia.

Bibliografía
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[1] Entrevista realizada vía correo electrónico el día 12 de agosto de 2011.