jueves, 20 de junio de 2013

La Copa Confederaciones y Conmanifestaciones


El pasado sábado dio comienzo en Brasil la llamada Copa Confederaciones de la FIFA en Brasil, evento futbolístico que convoca a los campeones regionales y al campeón del mundo a un pequeño torneo que funge como un mundialito que hace antesala a la Copa del Mundo. Ha sido sorprendente que son los asuntos extra cancha los que han captado la atención internacional. Diversas ciudades brasileñas se han llenado de manifestantes que protestan por un aumento de 20 centavos de reales a la tarifa del ómnibus. Mero pretexto, pues los propios manifestantes saben que ha mucho más en discordia. que esto.

Fuente: lahaine.org
Todo comenzó el 6 de junio cuando se don el ya citado aumento a la tarifa, se dan las primeras manifestaciones en Sao Paulo, terminando con 15 detenidos por la protesta. Nueve días después, con el banderazo inicial del torneo deportivo, las marchas ya se habían generalizado a todo el país. El movimiento Passe Livre, formado principalmente por jóvenes universitarios, había trasladado el foco de atención de la tarifa de transporte a los derechos sociales. “no son 20 centavos, son los derechos”, decían algunas pancartas.  En un debate televisivo del pasado lunes, dos líderes del movimiento, Nina Capello y Lucas Monteiro de Oliveira, advertían que las manifestaciones seguirían mientras el gobierno no cediera. Para el martes, algunos alcaldes desistían del aumento y la presidenta Dilma Rousseff se expresó por el diálogo con los manifestantes. Sin embargo, el daño están hecho. Esto no borraría la dura imagen donde un policía brasileño vacía una lata de gas lacrimógeno en el rostro de una manifestante. Brutal.

Los eventos en Brasil me hacen recordar la creciente ola de protestas en el mundo. Hace unas semanas eran Turquía y Chile, hace dos años era el África musulmana y España. Pero, por efectos de localidad, me resulta sustancial vincularlo también con México. La cercanía con el evento deportivo remite necesariamente al 68, donde se privilegió la”imagen internacional” por los Juegos Olímpicos sobre el respeto a los derechos humanos. A 42 años del 2 de octubre, las calles mexicanas se volvieron a llenar de jóvenes inconformes, y aún tuvimos ecos del #yosoy132 el pasado 11 de junio donde también hubo enfrentamientos, así como la doble versión mediática, por una parte, la televisión mostraba manifestantes arrojando objetos pesados a los policías estoicos e inermes; mientras que las redes sociales mostraron fotografías donde los “agentes del orden” patean a un manifestante caído. Igual de brutal, aunque las televisoras pretendan ocultarlo.

Lamentablemente, el común denominador de Brasil, Turquía, México o Medio Oriente es la marcada diferencia entre manifestantes y los agentes del Estado, donde unos ven un pliego petitorio utópico y desproporcionado, los otros ven un uso de la fuerza represor y desproporcionado. Y en esta repetición del calificativo reside el problema de fondo, las grandes desproporciones de este mundo posmoderno, donde muy pocos lo tienen casi todo y casi todos tienen muy poco. A estas alturas, poco importa que Brasil tenga un gobierno de “izquierda”,o que Neimar sea imparable para las defensas japonesa o mexicana. Lo que en el fondo se juega es saber si las izquierdas reales, las que nunca serán gobierno, son tan imparables como Neymar.

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